Es innegable no reconocer que en el presente, la cerámica carmelitana atraviesa por un especial y gran momento, una fase renovadora y de gran vitalidad, posiblemente superior en proyección y más floreciente que en otros tiempos en relación a su propia historia; hoy El Carmen de Viboral atrae una considerable energía no solo a través los medios de comunicación y las redes sociales, sino a un numeroso grupo de visitantes gracias entre otras cosas, a su reciente declaratoria de su cerámica como patrimonio inmaterial de la nación.
No obstante, el proceso de formulación y gestión del Plan Especial de Salvaguardia, proceso que inició formalmente a finales de 2020, acabó siendo no solo una iniciativa contundente para la dinamización y renovación de las expectativas del sector ceramista, sino también una toma y un llamado de conciencia para una parte del territorio de los problemas más acuciantes que el mismo sector posee.
Desde el grupo de Vigías del Patrimonio de El Carmen de Viboral celebramos que todo este proceso del Plan Especial de Salvaguardia que inició como una conversación en torno a la comprensión de una manifestación artesanal local, concluya como una iniciativa que articula la vida cotidiana y el sentido de apropiación e identidad de un territorio y de su legado ceramista.
Creemos en que con la Resolución 0017 del 17 de enero 2024 del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, por la cual se incluye la manifestación Cerámica de El Carmen de Viboral en la lista representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial del ámbito nacional, y se aprueba su Plan Especial de Salvaguardia - PES, nace un movimiento y se renueva el espíritu de una comunidad con la cerámica carmelitana. Esperamos que con este proceso se inaugure un nuevo capítulo de nuestra historia artesanal con la posibilidad de que sobre su tradición se fortalezca la continuidad de su cultura.
Confiamos que este auge de la cerámica de El Carmen de Viboral que experimentamos en el momento actual, y que tanta inquietud crea en los inmovilistas es irreversible, no obstante se deben establecer unas líneas maestras de actuación que dinamicen este proceso y lo consoliden. Los alcances de esta declaratoria y de la consolidación de esta manifestación depende justamente de lo que cómo carmelitanos logremos movilizar.
Esperamos que esta declaratoria que establece las coordenadas básicas e inmediatas y a su vez, es un marco adecuado y colectivo de acuerdo social sobre lo que consideramos deberá pasar con la tradición ceramista, sea asumida como un impulso creador para fortalecer el legado e importancia histórica de nuestra tradición cerámica y su vanguardia.
Estamos ante la posibilidad de desarrollar un proyecto colectivo que dé significado a nuestro futuro artesanal. Hay un grupo de ciudadanos y diferentes artesanos inquietos y pujantes, contamos con dos asociaciones de ceramistas, con diferentes gestores, con una legitimidad y reconocimiento de nuestra cerámica local, y con una institucionalidad pública comprometida con esta manifestación, esto innegablemente podrá aumentar las posibilidades de creación y gestión de todo este proyecto. Tenemos por delante un gran debate que apenas comienza en la posibilidad de develar un proceso sensible de rescate y renacimiento para nuestra cerámica carmelitana. Sin embargo será necesario consolidar esa unidad plural que la historia aún nos sigue reclamando como ciudadanos y ceramistas, para intentar contribuir en la construcción de lo que desde ya es patrimonio nacional, que es nuestra cerámica carmelitana.
Yeison Castro Trujillo
Vigía del patrimonio, El Carmen de Viboral
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